La Monarca asegura que han cometido un delito. La Reina Isabel II tiene muchos problemas, entre ellos, tendrá que permanecer aislada hasta nuevo aviso, pues no tiene certeza de mantener su estado de salud si se expone ante el virus que azota en todo el mundo.

 

Sin embargo, esto no le preocupa, pues Su Real Majestad permanece confinada en el Castillo de Windsor junto a su esposo, el Duque de Edimburgo, y su atención está centrada en un crimen que se cometió hace unos años.

Según reveló el diario australiano New Idea, la madre de Carlos de Gales, está reabriendo investigaciones sobre un delito viejo: la desaparición de una tiara de perlas y diamantes de la Reina Maud, hija del Rey Eduardo VII.

En dicha publicación resaltan muchas cosas, pero la más importante es que, supuestamente la abuela del Príncipe Harryestaría sospechando de la propia Meghan Markle y la esposa de su hijo, Camilla Parker Bowles.

Esta pieza está valorada en 200 mil libras esterlinas y está cubierta en diamantes, perlas, oro blanco y plata, al mejor estilo Nouveau, que estuvo muy en boga en el siglo XIX. Una fuente cercana a la familia real le aseguró al tabloide que la Gobernante del Reino Unidono confiaba en las parejas de sus consanguíneos:

En ese sentido, para algunos les puede parecer absurdo, pues este hecho se cometió en 1995, cuando la madre de Archie era mucho más joven y residía en Los Ángeles, muy lejos de los royals. Mientras que la Duquesa de Cornualles estaba tratando de limpiar su nombre, luego de que se revelara que era la tercera en la relación del padre del Príncipe William y Lady Di.

Aunque no se tienen más detalles, seguramente la Reina Isabel II avanzará con su investigación y más temprano que tarde, se revelará el culpable. Ya han pasado 25 años desde el hecho y sigue en la lista de prioridades de la monarca.