Las salas de varios colegios permanecen vacías debido a la pandemia. Los profesores, que ven la presencialidad con añoranza, están abocados al reto de llegar a sus alumnos por cualquier medio, con tal de avanzar en su formación.

Los profesores del Colegio Nacional Santa Ana fueron convocados para la firma de unos documentos y les acompañamos en su visita por la institución. A más de uno se les escaparon lágrimas al recordar los tiempos en el que convivían con sus alumnos.
Alcides Montanía es docente desde hace 23 años, 12 de los cuales los lleva ejerciendo el cargo de director de la institución.

Manifestó que no fue fácil adaptarse a la formación virtual, especialmente para los más antiguos, que no tenían mucho contacto con la tecnología. No obstante afirmó que fue una experiencia enriquecedora, ya que aprendieron mucho. “Trabajar desde la casa es complicado; están los hijos, los quehaceres domésticos, la familia, y abrir un espacio de clases es difícil porque hay distractores. El horario ya no está definido y eso también resulta complicado”, expresó.
Crispín Pérez, quien además de otras materias lleva Educación Física, contó con nostalgia que estaban muy acostumbrados al contacto con los alumnos y ahora, cada vez que entra a la institución, solo encuentra las canchas vacías.

La profesora Nilda Villalba expresó entretanto que tuvieron que utilizar todo tipo de estrategias para adecuarse a la nueva realidad. Afirmó que lo más difícil es cuando algún alumno no puede acceder a las clases. “Que el Gobierno se adecúe a la realidad de nuestros chicos y no quiera tapar el sol con el dedo. Muchas veces imprimimos la tarea y se la acercamos a su casa”, señaló.
Mario Valdez, que enseña Ciencias Sociales, afirmó que la barrera virtual hizo que el acompañamiento a los alumnos se complique. “Lo más difícil es pensar en la educación en valores, cuando ellos nos ven y nos escuchan directamente, expresan mejor sus sentimientos. En la virtualidad cuesta. Con la forma presencial uno desarrolla mejor las capacidades emocionales”, expresó.

El docente lamentó que no todos los alumnos tuvieron la posibilidad de seguir sus estudios en pandemia. “Hubo algunos padres que optaron por esperar que pase la situación para retomar la actividad escolar”, relató.
Se estima que en Ciudad del Este existen entre 1.800 y 2.000 docentes, entre catedráticos y de escolar básica.