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Fecha de publicacion: 2021-03-13
La verdadera tumba del Mariscal López
La vieja sospecha de que los restos que fueron depositados en el Panteón de los Héroes, en octubre de 1936, no son los del Mariscal López, tiende a confirmarse. A las premisas señaladas por la mayoría de los historiadores paraguayos –preferentemente Efraím Cardozo– le hemos agregado el estudio de la geografía del lugar.

Los principales soportes son dos planos del siglo XIX. El primero es del protagonista coronel Silvestre Aveiro, quien en 1898 confeccionó un mapa de Cerro Corá con las principales disposiciones del campamento, el Cuartel General de López y el lugar donde fue inmolado, el carromato de Alicia Lynch y el de doña Juana Pabla Carrillo. 

Consultada la altimetría del lugar con la herramienta Google, tres cerros dibujados por Aveiro se corresponden con la misma. La distancia entre el carro de López y el Paso del Aquidabán es de 1.000 metros. El segundo mapa fue confeccionado en filas aliadas por Charles Twitz, obrante en la Colección Thereza Cristina María (Biblioteca Nacional, Brasil), donde figuran todas las distancias recorridas por los aliados para llegar desde Concepción a Cerro Corá. Aquí la distancia también es de 1.000 metros entre el paso mencionado y el campamento paraguayo.

REFERENCIAS SOBRE LA TUMBA

Hemos partido del relato de monseñor Juan Sinforiano Bogarín, quien visitó Cerro Corá en 1906 junto al general Patricio Escobar. El documento, que se sustenta en Escobar, señala el lugar de la tumba de López entre dos árboles de curupay-itá y desde allí hasta el paso del Aquidabán Nigui calculó la distancia en 800 metros. 

La segunda referencia es la obra de Juan Crisóstomo Centurión, quien en su descripción del campamento paraguayo en Cerro Corá ubica la tienda de López entre 600 y 700 metros del paso del río Aquidabán y en 400 la distancia al Aquidabán Nigui, donde López pescaba. 

Reproduciéndose sobre una foto satelital, Google las distancia de Aveiro (1.000 metros), Escobar (800 metros) y Centurión (700 metros al río Aquidabán y 400 al Nigui) y realizada la triangulación de estas medidas con ambos cursos de agua, la ubicación del Cuartel General de Solano López y demás disposiciones del plano de Aveiro-Baumgart se reproducen en un 90% respecto de la imagen satelital. 

El relato de Escobar fue la primera pista que se usó en la investigación para determinar que López fue enterrado en el mismo campamento paraguayo, ya que las distancias antes mencionadas casi coinciden todas, y a efectos de confirmarlo recurrimos a una correspondencia oficial del Imperio, dirigida por el ministro de Guerra del Brasil, Manuel Vieira Tosta, al entonces plenipotenciario del Imperio, José María Da Silva Paranhos, de fecha 15 de marzo de 1870, donde se expresa que López “foi sepultado en uma choupana (choza) próxima a sua tenda” (Rezzuti). 

Si bien algunos autores no hacen referencia expresa a esta tienda, coinciden en que el cuerpo fue allí objeto de una autopsia y luego entregado a sus familiares. 

En Cerro Corá, hoy, existe un cartel que reza “Último campamento y Cuartel General del Mcal. López”, ubicado a solo metros del actual monumento principal y pista. Sin embargo, ese lugar no es el correcto, aunque se halla, según la medición Google, a la misma distancia del río Aquidabán de las indicadas –1.000 metros–, pero no coinciden con el plano de Aveiro, ya que este ubica al carromato de López y Cuartel General al suroeste del Aquidabán Nigui y la señalética citada lo ubica al Norte del mismo arroyo, un involuntario error proveniente de la misma exhumación –en 1936– de lo que se creían eran los restos del mariscal. 

El problema radicó en que no se ubicó con propiedad el Paso Tuja sobre el río Aquidabán. De esta manera, el verdadero lugar del campamento paraguayo hoy no está habilitado al público visitante y su acceso está restringido. Como referencia de ubicación del campamento, este se halla al oeste del camino de ingreso al Parque Nacional Cerro Corá, a la altura de la casa de Administración del Parque y no al Norte junto al monumento.

EL ERROR COMETIDO

Podemos explicar el error que cometió aquella comisión buscadora de los restos del Mariscal, encabezada por el concepcionero Romualdo Irigoyen y el entonces coronel Higinio Morínigo. 

La equivocación se desprende del mismo artículo que publicó el entonces canciller franquista Juan Stefanich en el diario La Nación, el 23 de setiembre de 1936. Ahí se relata la manera en que el baqueano Bonifacio Obando, de 84 años –excombatiente– guio a la mencionada expedición al lugar que le fuera señalado, en la posguerra, por amigos que se presentaron como sepultureros de López en el “Paso del (río) Aquidabán”. 

Obando ya había estado por el lugar en dos ocasiones anteriores –en 1880 y 1897–, y observando dos cruces había dejado una marca en un árbol y tomó como referencia adicional unos arrecifes o piedras en dicho río. Al llegar la comisión al sitio –el 30 de agosto de 1936– la selva había ocupado el lugar, las cruces ya no estaban y no lográndose ubicar el árbol marcado decidieron cambiar el lugar de campamento y búsqueda, lo que invalidó la misma por apartarse de la descripción original de los sepultureros. 

Recién el 2 de setiembre, y encontrados algunos arrecifes, Obando indicó una dirección a seguir y abriéndose una picada llegaron a un lugar, a unos 80 metros del río Aquidabán, ubicando dos fosas que identificaron como las de Solano López y su hijo Panchito. Eso fue un craso error de identificación, pues es de conocimiento general que ambos fueron enterrados en una fosa común. Nunca pudieron ser las tumbas de los López y de allí se extrajeron los restos que hoy descansan en el Panteón de los Héroes. 

Efraím Cardozo, en 1970, ya dejó en claro que no había discrepancias en cuanto a una fosa común para ambos, trayendo de testigo al propio Vizconde de Taunay, cronista oficial del ejército imperial, y al conocido mariscal José Bernardino Borman para certificar que López fue enterrado “en el lugar en que tuviera poco antes su tienda de guerra” (sic).

Con base en una herramienta satelital que Efraím Cardozo no poseía en 1970, cuando habló de esto, el evidente error de la comisión de 1936, los planos mencionados y la misma historia, afirmamos que la actual ubicación oficial de la sepultura de López (22° 37’58” S/56°01’24”W) está aproximadamente a unos 2670 metros al noroeste de la verdadera y aun no identificada tumba (aprox. 22° 39’03” S/56°02’25 W) ubicada en aquel Cuartel General, por lo que los restos del Mariscal Francisco Solano López –intactos pero deteriorados por el tiempo– aún siguen allí enterrados.

Historia

El autor aborda uno de los temas controvertidos de la historia paraguaya: la ubicación exacta del lugar donde fue sepultado el Mariscal Francisco Solano López. Un artículo para la polémica.



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